Desde mi embarazo me preocupé mucho por cantarle a mi barriga, a pesar de lo mal que lo hago, y de escuchar mucha música y variada. Había una canción que cantaba mucho, esa misma canción era la que más tranquilizaba a Lluvia cuando nació. ¿Casualidad? No lo creo. Creo más en la ciencia, en los estudios que demuestran que a partir de la semana 20 de embarazo el bebé percibe sonidos del exterior, no olvidemos que el sonido se transmite por ondas y el medio que les rodea es líquido. No sólo creo en el beneficio directo de cantar sino en la sensación que la música ejercía en mí, en mi calma y en que yo se lo transmitía a mi bebé…
Son muchos los beneficios que podemos encontrar en cantar a
nuestros niños no obstante intentaré centrarme en los beneficios de carácter comunicativo
y lingüístico.
De todos es sabido que “la música amansa a las fieras”,
relaja, calma y tranquiliza. Posiblemente este sea el mayor beneficio cuando se
es bebé. La música también es un facilitador social, cantar a un bebé facilita
que nos mire, que dirija la mirada hacia nosotros, nos escuche y disfrute del
placer de estar con otras personas. Además le ayudará a relacionarnos con
nuestra voz y poco a poco irá identificando las voces con los rostros. Le
estaremos ayudando a acercarse al mundo de los sonidos, de las palabras…
En cuanto empiece a balbucear le encantaran aún más las canciones
con rimas y estrofas repetitivas. Lo que conozco, lo que se repite me da
seguridad, se lo que viene a continuación y eso me gusta. Seguir el ritmo con
las manos, dando palmas o moviéndose ayuda a interiorizar el ritmo. Si acompañamos
todas estas canciones con gestos ayudaremos en el desarrollo de su
psicomotricidad, coordinación y expresión gestual.
En cuanto empiezan a hablar el mundo de la canción se
convierte en un fuerte apoyo y en un elemento motivador. A ellos y ellas les
encanta cantar y que nosotros les miremos o lo hagamos con ellos, una vez más
cantar nos ayuda a establecer relaciones con otros.
Y para los más mayores las canciones suponen una vía de
aprendizaje, a través de estas aprenden conceptos básicos, historias, moralejas…
Los beneficios de las canciones y retahílas infantiles en el
proceso de comunicación y lenguaje son:
Mejorar los prerrequisitos para el lenguaje oral como son la
atención, el uso del contacto ocular y la mejora de la expresión gestual. Mejora
la compresión y asociación auditiva y también la percepción visual del habla
potenciando la lectura labiofacial.
A nivel fonético-fonológico, pronunciación,
mejora la funcionalidad de los órganos fonoarticulatorios, también la integración
de los sonidos y la memoria secuencial auditiva mejorando la inteligibilidad
del habla.
En cuanto a la organización del lenguaje, plano morfosintáctico,
facilita la comprensión de la frase y su posterior uso, ayuda en el aprendizaje
de la frase, desde simples a más complejas. Favorece la generalización de
concordancias de género y numero.
Con las canciones aumenta la adquisición de vocabulario,
plano léxico-semántico, potencia la asociación de sonido (palabra) y
significado. Se aprenden objetos, acciones, cualidades, familias de palabras, los
conceptos de relación espacial (arriba, abajo) favorecido por el movimiento,
las relaciones temporales (día, noche)…
Y por supuesto facilita el
control del volumen, la intensidad, el tono y el ritmo del habla. Las
terapias basadas en el canto son muchas y se usan en casos de trastornos
espeficicos del lenguaje, en disfemia (tartamudez) y otras alteraciones de la
prosodia (entonación y melodía del lenguaje).
Y no sólo esto, sino que despierta la pasión por la música, el gusto por el arte, el placer por conocer nuevos sonidos. Los niños que cantan y escuchan música desde pequeños muestran más creatividad y capacidad resolutiva.
Así que después de todo esto espero que os hayan entrado
ganas de cantar. Yo os animo a cantar y a escuchar música, de todo tipo y
variada. Y no solo en castellano sino también en otros idiomas.
Un saludo y hasta dentro de unos días!
Seyla
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