Aunque hasta el año de edad no comienzan a emitir sus
primeras palabras con significado el desarrollo comunicativo y lingüístico se está llevando a cabo incluso antes del nacimiento. Investigaciones realizadas en
fetos de 6-7 meses de gestación demuestran que éstos responden a sonidos
externos como la voz humana o sonidos musicales. El desarrollo de la
comunicación y el lenguaje requiere un proceso donde se necesita poner en
marcha una serie de habilidades cognitivas y sociales. Por lo tanto durante
este primer año de vida lo que "sembraremos" para después recoger.
La atribución que hagamos a muchas de las
conductas que irán surgiendo será lo que les incentive a continuar la
interacción y a comprender el esquema de comunicación. Muy importante para esto
son las protoconversaciones y la sobreinterpertación de miradas, sonrisas y
vocalizaciones.
Según Reddy (1999, La comunicación prelingüística) los
principales hitos, momentos importantes del desarrollo, en la etapa de 0 a 12
meses son los siguientes:
Del primer al tercer mes:
Durante las primeras 4- 6 semanas el bebé se muestra poco
activo. Su dinámica esta más orientada a la adaptación al nuevo medio en el que
se tiene que desenvolver.
Puede mantener un contacto
visual a una distancia de unos 20-30 cm, que es la distancia a la que queda la
cara de mamá cuando da el pecho. Hay autores que afirman que la primera toma de
turnos (en relación a la interacción) se lleva a cabo en los momentos de dar el pecho, ese ciclo entre mamar y
esperar mientras la mamá y el bebé se miran, la mamá le habla... Comienza un dialogo conversacional corporal.
Desde mi punto de vista, fascinante.
También puede fijar la vista en objetos pero
prefiere mirar caras y dibujos. Muestra
preferencia por los rostros y aún más por los parlantes, además empieza a
reconocer las voces más cercanas, sobre todo la de mamá y papá.
Comienzan las vocalizaciones reflejas que son sonidos que el
bebe realizan pero que son conductas reflejas, no aprendidas.
A partir del segundo mes surgen conductas que favorecen la
interacción social: demanda la atención y responde con sonrisitas, emitiendo
sonidos, moviéndose activamente…
La más llamativa de estas conductas es lo que se denomina
sonrisa social que muestra ante el reconocimiento de personas y situaciones..
Anteriormente la sonrisa que surge es mas similar a una mueca y refleja
bienestar pero no tiene intención social ni muestra el agrado ante el otro.
Llora a intervalos previsibles, hace gorgoritos y suelen
interesarse por los sonidos.
También comienzan las protoconversaciones que son
interacciones verbales entre adultos y bebés, desde el principio, con formato
de conversación. (Snow, 1977).
Desde el tercer mes el bebe se vuelve mucho más activo pues aumenta
su tiempo de vigilia. Su manera de aprender es a través de la exploración
sensorial. Comienza a desarrollar su conciencia social buscando y reconociendo
cuando se le presta atención, sonriendo, emitiendo ruidos o moviéndose. Se
interesa más por las personas que por los objetos y disfruta de la interacción
con éstas. Los intercambios que surgen son de tipo afectivo-expresivo (se
intercambia afecto pero no hay comunicación como tal). Es un momento bueno para
comenzar con juegos circulares, juegos cara a cara.
Es capaz de buscar la fuente de un sonido, mira y escucha
simultáneamente. Manifiesta su humor en variedad de movimientos y expresiones
sonoras y emite sonidos (balbuceo) como respuesta al habla o canto de otra
persona.
Cuarto y quinto mes:
Nuestro pequeño ya vuelve la cabeza para localizar la fuente
de un sonido. Comienza a balbucear y a practicar con los sonidos, se
autoestimula mediante este juego.
Se ríe, distingue las caras, reconoce a su madre y comienza
a anticipar algunas de las actividades más cotidianas. Y a partir del quinto
mes agita y tiende los brazos antes de ser cogido en brazos.
Se hace gorgoritos a sí mismo y balbucea para que se le
preste atención. Repite, de manera imprecisa, sonidos. También usa los sonidos
para mostrar
temor, disgusto o miedo.
Seis meses:
A partir de los seis meses el bebe experimenta las maneras
posibles de desplazarse. Aprenderá a través de hacer las cosas pero también a
través de la observación e imitación de los demás. Pronto aprenderá que sus
padres existen aunque no los vea, que están en otro lugar. Y comienza a
responder y percibir las oscilaciones de humor de los demás.
Estar sentado le ofrece la posibilidad de tener las manos
libres y poder descubrir y manipular multitud de objetos.
Comienza a tirar las cosas desde su silla, las mira y llora
o realiza sonidos para que los demás de las recojan. No pienses que te está
midiendo y no te deja en paz… es genial que haga esto. Significa que está
explorando las maneras de relacionarse contigo y ha descubierto que al tirar
algo, primero suena, algo nuevo para él, y segundo, tú le prestas atención y
comienza una interacción. Es una toma de turnos a través de un objeto. Te
“utiliza” como instrumento para conseguir lo deseado.
Repetirá combinaciones de sonidos (por ejemplo: ta-ta-ta). Observa
con atención las bocas de los demás e intenta imitar las inflexiones de voz.
Balbucea variando el tono, el volumen y la velocidad.
Te mostrara que le gusta la música y sobre todo que le
cantes, mediante alegría, dando saltitos o moviendo los brazos.
Muestra conductas anticipatorias pero no intencionales y
comienza a interpretar rutinas interactivas que son la base del proceso de
comunicación con los otros.
A partir de este momento aparece el llanto intencional.
Haciendo uso de éste para pedir algo o alguna situación concreta. Es el llanto
como precursor de la comunicación.
Séptimo y octavo mes:
Su balbuceo va evolucionando y ya es capaz de pronunciar
varias sílabas como ma, mu, pa, pi, ba.
Incluso utilizar varias de ellas en el mismo momento.
Desea ser incluido socialmente por ello te pedirá brazos
cuando hables con otro adulto, para estar a vuestra altura. O demandará tu
atención en los momentos de encuentros sociales. Ahora su interés esta mas en
las personas que en los objetos.
Quiere compartir la atención con el adulto en relación a un
objeto o situaciones. Es lo que se llama atención conjunta que es la habilidad de
compartir un foco de interés común entre el niño y el adulto.
Aparece la referencia social que consisten en mirar la
expresión del adulto buscando información. Es aquello que hacen muchos peques cuando encuentran algo nuevo, o quieren el juguete del otro miran a mamá
como diciendo “¿Qué hago?”. Por ejemplo si tu bebé se cae y te mira y tienes una
cara de susto increíble…él se asustará.
Nuestro peque ya balbucea con una variedad de sonidos,
inflexiones y pronunciación silábica. También grita para llamar la atención. Repite
sonidos emitidos o movimientos hechos con anterioridad. Incluso escucha selectivamente
algunas palabras familiares y comienza a reconocer algunas de ellas.
Empieza a pedir ayuda, expresar deseos,
emociones de afecto o disgusto, tomar iniciativas en el juego, etc. aunque no
haya adquirido aún el lenguaje.
De los nueve a los doce meses:
Ya a partir de los nueve meses entiende y contesta una o dos
palabras, además de su nombre. También es capaz de cumplir órdenes sencillas (
no no, siéntate, dame)
Mira con interés los dibujos de un libro así que es un buen
momento para introducir cuentos sencillos, de una sola imagen o con varias, de cosas cotidianas.
Disfruta de los juegos infantiles y responde a ellos. Aquí
son ideales todos los juegos “de vieja”.
A partir de este momento, y hasta aproximadamente el año, surgen
los protoimperativos que son gestos mediante los cuales el niño utiliza al adulto para conseguir algo. Y los protodeclarativos que son gestos que el niño utiliza
para compartir la atención del adulto respecto a un objeto o situación.
Por ejemplo la conducta se señalar puede ser un gesto protodeimperativo
si es para pedir o protodeclarativo si es para compartir.
La aparición de estos gestos son vitales en el desarrollo del
lenguaje y la comunicación. Son conductas que se ven alteradas, por ejemplo, en
personas que tienen algún Trastorno del Espectro Autista (TEA)
De los diez meses hasta el año es un periodo de transición. Nuestro
bebé comienza a transformarse en niño.
Seguramente dirá papa o mama, aunque al comienzo no entienda
aun su sentido, seremos nosotros a través de nuestras reacciones los que le
ayudaremos a “etiquetar” palabra con significado.
Comprende mucho mejor y obedece órdenes sencillas. Imita
sonidos no hablados como la tos, el chasquido de la lengua, etc. También imita
acciones, las recuerda y las repite mas tarde.
Usa una palabra completa en
medio de su balbuceo que expresa una frase completa: por ejemplo: agua para
decir “quiero agua”. Es lo que se denomina holofrase. Aunque va diciendo palabras comienza a entender mucho mas que a hablar.
Desarrolla un sentido de identidad, vital para su desarrollo
y equilibrio integral. Empieza a poner en práctica el repertorio de normas
sociales, por ejemplo decir adiós con la mano. Comprenden que
el halago es porque han hecho algo bien así que tienden a buscar la aprobación
del adulto.
Es capaz de coordinar interacción con personas y objetos ayudándose de los
protoimperativos y protodeclatarivos.
De aquí en adelante nuestro pequeño desarrollará un complejo sistema de comunicación basando, sobre todo, en el lenguaje. A partir del año se lleva a cabo una gran adquisición de vocabulario, un mayor empleo del lenguaje y comienza la adquisición de las reglas que rigen nuestro sistema hablado.
Más adelante hablaremos del desarrollo del lenguaje en la siguiente etapa, a partir del año.
¡Un saludo y hasta dentro de unos días!
Seyla