Uno de mis momentos preferidos con Lluvia es el momento del
cuento. La lectura de cuentos en voz alta tiene multitud de beneficios, sobre
todo en relación a la adquisición y desarrollo del lenguaje. Cuando leemos un
cuento de manera conjunta, ya desde bebé, incluso con esos cuentos blanditos,
estamos trabajando la atención conjunta, muy importante para llevar a cabo
posteriormente actos de interacción. También potenciamos la escucha activa y
por supuesto la discriminación auditiva que nos ayuda en la integración de
sonidos lo cual favorece la reducción de aparición de dislalias fonológicas o
dicho de otro modo, reduce algunos tipos de problemas de pronunciación. Y en el
caso de haberlos ayuda a mejorarlos. También favorece la integración de las
construcciones sintácticas. Ni que decir tiene que los cuentos están llenos de
vocabulario nuevo y conocido: las cosas de casa, el parque, el bosque, los
colores, las emociones… Tiene tantos beneficios a nivel comprensivo como expresivo mejorando la capacidad creativa, la imaginación
y la fantasía.
Pero ojo, no es lo mismo leer un cuento que contarlo. Vamos a ver algunos consejos para contar bien un cuento.
Siempre se ha pensado que los cuentos son para antes de
dormir pero cualquier momento que nuestro pequeño elija es bueno para contar un
cuento. Eso sí, debemos tener en cuenta el tema del cuento pues si la lectura
es antes de dormir es mejor elegir temas que no supongan conflicto mental,
sencillos de entender y alegres, que no dejen un “regusto” triste en nuestro
peque. Cuentos bonitos con un final abierto para dejar volar la imaginación
durante el sueño.
Lo ideal es estar en un lugar tranquilo o por lo menos
cómodo, ya sea el suelo, la cama o una mesa es importante que el cuento quede a
la vista de nuestro pequeño. Parece obvio pero a veces se nos pasan por alto
estos pequeños detalles.
A mí me gusta mucho comenzar y acabar los cuentos siempre
con el mismo ritual. Creo que genera seguridad y anticipa al niño de la
actividad. Lo más típico es el “erase una vez…” y el “colorín, colorado…”.
Nosotras, por ejemplo, adoptando esta buena costumbre de Paz, la educadora de
Lluvia, llamamos al cuento “toc,toc, toc” y le pedimos permiso: “podemos ver
este cuento?”.
Hay que
tener en cuenta la entonación, no debe ser una lectura monótona, hay que captar
la atención de nuestro "publico", hacer pausas en los momentos adecuados, poner
las diferentes voces de los protagonistas, acompañar con gestos…
No importa repetir cuento. ¡Eso les encanta! Lo conocido, lo que se repite...les da seguridad. Y favorece que podamos hacer esa narración compartida, parando para que ellos repitan la retahíla del cuento. O haciendo preguntas- "¿Y ahora quién viene?...".
No debemos olvidar tener en cuenta los intereses de los
niños, que varían mucho dependiendo de las edades y nivel de comprensión.
Contando con la ayuda de mi gran amiga María Alonso Ceza, experta en libros
infantiles y librera, os dejo algunos títulos interesantes.
Comenzamos con los más pequeños (menos de 1 año). Recomendamos A la
bañera o A la cama. De Francesca Ferri, Ed. Imaginarium- Círculo de Lectores. Son en formato tela y
en formato impermeable para el baño. Para bebés de pocos meses a mí me gustan este
tipo de cuento porque se puede morder, manosear, chupar… y porque tiene formato
cuento que es una manera de introducir “el libro” en nuestras pequeñas vidas.
De 1 a 2 años la Colección Cuentos Clásicos con texturas, de la Ed.
Timun mas. Esta colección no tiene
desperdicio, son los cuentos tradicionales pero adaptados para poder trabajar
la estimulación a través de varias texturas. Geniales para tocar y manipular. Por
ejemplo El Gato con Botas.
A partir de los 3 años ¡Que llega el lobo!, Emile Jadoul. Col.
Luciérnaga, ED. Edelvives. Este cuento rompe el rol negativo del lobo. Los
animales van corriendo a la casa y gritando "!Que llega el lobo¡", pero al final
descubren que las prisas no se deben a miedo sino a una sorpresa que está por
llegar. Es en formato de cartón duro, muy resistente, ideal para esta edad.
Splat el gato de Rob Scotton, Ed. Miau,
esta genial para trabajar la aventura de comenzar el colegio. El gato Splat no
ha ido nunca al colegio y tiene que enfrentarse a ello acompañado de su mascota
que es un ratón.
Y por último, para niños y niñas a partir de los 5 o 6 años Superhéroes
en apuros. 10 Cuentos para dibujar sonrisas. De Carmen Gil, ilustrado por Ana
Cantone, Ed. Parramon. En tono cómido narra cómo unos niños que son superhéroes
intentan superar sus miedos.
No puedo acabar el post sin dar mil gracias a Mery, que me
asesora e investiga sobre mil cuentos y que además ha realizado esta pequeña selección
para nosotros.
Hasta dentro de unos días y...¡Feliz cuento!
Seyla