El juego es la herramienta a
través de la cual el ser humano aprehende el mundo. A través de él las habilidades
necesarias para descifrar el funcionamiento y las reglas del mundo se van adquiriendo
de manera paulatina (Carolina Grellet,2000). A través del juego el niño elabora
su realidad, la organiza y le da sentido.
Además de ser un facilitador de
aprendizajes favorece el desarrollo de la comunicación verbal y no verbal,
fomenta la interacción entre iguales y favorece el aprendizaje en la resolución
de conflictos.
Según la edad y el desarrollo de
nuestros pequeños su juego y la finalidad de éste irá cambiando, el único matiz
que siempre se mantendré es que siempre es divertido.
Existen juegos de diferente tipo
según la edad y desarrollo del niño o niña. Los primeros juegos que surgen son
de tipo físico o sensoriomotor (Piaget*), éstos se centran en la acción o
sensación. Consisten en la manipulación y exploración intencionada de juguetes.
Los bebés se divierten mirando rostros, llamando nuestra atención, pidiendo la
repetición de patrones. Es la etapa de los juegos típicos de “mimitos, caricias…”,
“aserrín, aserrán”. Inicialmente el niño muestra interés por las personas, más
tarde lo hará por los objetos y después establecerá una relación triangular queriendo
compartir objetos con el adulto. Ya hemos comentado en ocasiones anteriores la
importancia que tiene para el lenguaje el desarrollo de los juegos de maternaje
y del pre-diálogo (baby-talk) entre madre y bebé.
Ésta es una etapa de exploración
locomotriz, investigadora, de búsqueda, poniendo a prueba objetos y buscando
nuevos estímulos.
Entre los 12 y 17 meses aparece
lo que María Gortázar* llama las categorías pre-simbólicas, anterior al juego simbólico,
donde los niños y niñas comienzan a identificar el uso funcional de los objetos
de la vía diaria. Por ejemplo jugar a peinarse con un peine.
A partir de los 18 meses los
niños y niñas comienzan a realizar las acciones anteriores sobre un objeto o
persona. Por ejemplo, peinar a una muñeca o a mamá. Después estás actividades
se amplían a más de un sujeto, por ejemplo dar café a mamá, al muñeco, al osito…
Hasta el momento las
representaciones que se realizan han sido aisladas, sin ser secuencias
completas. Hacia los 22 meses comienzan a ser más largas aunque sin mucha
coherencia (dar de comer a la muñeca, luego juega, de nuevo a comer).
Cuando estas acciones incluyen la
sustitución de objetos, haciendo que un objeto haga la labor de otro, cuando se
atribuyen propiedades a un objeto durante el juego (curar una herida o soplar
la sopa caliente) y se usan escenas u objetos imaginarios se considera que ha
aparecido lo que se llama juego simbólico.
Es a partir de los 30 meses, unos
3 años, cuando comienza la representación de hechos que no forman parte de su
repertorio de acciones sino de otros, por ejemplo jugar a las peluqueras,
secuenciando acciones: saludos al
entrar, te sientas, te corto el pelo, te peino, te cobro). Ya los muñecos toman
un papel activo y las secuencias son coherentes. El juego es más un juego de
rol, de representación de un papel. A partir de los tres años los niños pueden
realizar planes previos a la acción, hablando sobre el papel que ocupa cada
uno, lo que va a ocurrir, dónde y cómo realizar la acción…
Durante toda esta evolución del
juego, desde el funcional hasta el juego de rol o de planificación de acciones,
el lenguaje es el hilo conductor. En muchas ocasiones cuando los pequeños
juegan les vemos hablar solos, hablar con los muñecos y mantener conversaciones
imaginarias. Están organizando su lenguaje a través del uso, de la vivencia de
escenas cotidianas y poniendo en práctica lo que ven en los adultos. De nuevo
la importancia de dar modelos correctos, en forma y uso se hace patente.
A partir de los 7 años comienzan
los juegos grupales y de reglas. El niño cada vez se parece más al adulto, la
socialización del pensamiento se manifiesta en juegos de reglas como las
cartas, azar o juegos de mesa.
Y vosotros, ¿A qué jugáis con
vuestros peques?
Hasta dentro de unos días!!
Seyla
*Jean W.F. Piaget (1896-1980) fue
epistemólogo, psicólogo y biólogo famoso por sus aportaciones al estudio de la
infancia y por sus teorías de desarrollo cognitivo y de la inteligencia. Si
quieres saber más pincha aquí.
**María Gotázar. Psicóloga del
servicio de Atención Temprana de Lebrija (Sevilla). Consultado el documento “Apuntes
para la evolución del juego simbólico”.
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