Podemos caer en el error de pensar que porque aún son muy
bebés poco podemos hacer por motivar la comunicación. Cierto es que la mayor
parte del tiempo nuestros bebés más pequeños duermen (o no, en mi caso) y el
tiempo que pasan despiertos comen y quieren mimos. ¡Hay tiempo para todo! ¿Qué
podemos hacer nosotros para favorecer el desarrollo comunicativo de nuestros
bebés? ¡Pues jugar! Mimar, acariciar, reír y sobre todo jugar. Os dejo algunos
de los juegos que favorecen la aparición de conductas comunicativas y ayudan en
el desarrollo comunicativo lingüístico de nuestros peques.
Turnos conversacionales:
En torno a los tres meses nuestros bebés ya vocalizan unos
cinco o más sonidos pero desde la misma aparición del primero podemos jugar con
nuestro peque a imitar ese sonido. De manera que nos turnemos en la emisión
vocálica, primero él, luego tu. Verás como le gusta y como disfruta. Está aprendiendo
a captar tu atención a través de su voz, además empieza a usar la toma de
turnos lo cual le parece divertido.
Juegos circulares de interacción:
Son todos esos que se repiten y se repiten y cuanto más los
hacemos más parece que les gusta. Los hay táctiles como el “cuando vayas a por
carne…”. Los hay visuales como el “cucú-tras” .Auditivos, como las canciones
que se acompañan de gestos o rimas “mimitos, caricias, sopitas en la olla…” Son
juegos que nos dan la posibilidad de interactuar. Incluso cuando van siendo más
mayores podemos parar el juego y esperar para que ellos, a su manera, ya sea
con el movimiento, agarrando nuestra mano, con algún sonido… pidan continuar el
juego.
Juegos de motor social:
Son todos los juegos del tipo “al paso, al trote, al galope”,
“aserrín-aserrán”… que de la misma manera que los anteriores son repetitivos,
sencillos y dan seguridad a los niños. Estos se caracterizan por incluir un
movimiento más global, por eso son para más mayores. Seguramente si paramos la
acción la petición de continuidad se haga con el propio movimiento corporal! Eso
también es comunicación! No toda la comunicación es oral.
Imitación-contraimitación:
Entre los seis y los
diez meses aparece el balbuceo que es un entrenamiento para su posterior
desarrollo del lenguaje oral. Siguiendo la línea de la toma de turnos podemos
imitar su balbuceo, cuando el bebé esté integrado en la dinámica podemos
introducir una pequeña variación para ver si es él quien nos imita. Así si él
dice: “papapapapa”. Podemos cambiar a: “mamamama”
Por último mencionar la importancia que tiene para el
desarrollo comunicativo dotar de intencionalidad las comunicaciones preverbales
de nuestros niños. Que vamos paseando y pasa un perro y nuestro peque emite cualquier
vocalización o gesto, lo dotamos de significado y reforzamos con nuestra
atención: “un perro, si, qué bonito el perro”. Lo más importante es que aprendan
que la comunicación sirve para cambiar el entorno, es un instrumento para
alcanzar el objeto deseado, ya sea el agua, que le cojan o el simple hecho de
tener nuestra atención.
Espero os sea de ayuda.
¡Hasta dentro de unos días!
Seyla
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